Ya estuvo a punto alguna vez. Pensó: en el mercado, en la prima,…, cerró los ojos. ¡Tantos días sin tregua! Delatándole el silencio. Perezoso, como siempre, llegó— sonrió a la panadera, aquella pariente lejana—. Sí, por fin, hoy todos lo sabrían: iba a ser Presidente, de mesa.
Las urnas están repletas; el presidente nervioso: ¡qué día! En breve, se abre el colegio electoral; los votantes van extrayendo los sobres, uno a uno—en la red el resultado en tiempo real—.Alguien dice: ¡y esto va ser así desde ahora! Bueno, mientras se asegure la alternancia.
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